Lo que debe saber sobre la trombosis

Todo lo que debe saber sobre la trombosis

Una sensación de tirón en la pantorrilla, una pierna hinchada o una desagradable sensación de presión en la parte posterior de la rodilla: mucha gente piensa inicialmente en unos músculos doloridos o en una ligera sobrecarga. Pero, ¿y si en realidad se trata de una trombosis? Éstas se producen con más frecuencia de lo que mucha gente cree y no sólo afectan a personas mayores o con enfermedades preexistentes. Estar sentado durante horas en la oficina, viajar durante largos periodos o los cambios hormonales pueden aumentar el riesgo. Y un coágulo de sangre que pasa desapercibido puede ser peligroso. Pero ¿qué es exactamente una trombosis? ¿Cómo se reconoce y qué medidas pueden ayudar a reducir el riesgo? En este artículo encontrará todo lo que necesita saber sobre esta enfermedad, desde las causas y los síntomas hasta el tratamiento y la prevención.

 

Contenido

1. trombosis: Definición y correlaciones

2 ¿Cómo se desarrolla una trombosis en la pierna?

3. ¿la trombosis puede afectar también al brazo y a la mano?

4 ¿Cómo reconocer una trombosis?

5 Trombosis: Aspecto y síntomas

6 ¿Qué hacer en caso de trombosis?

7 Trombosis: ¿qué no hacer?

8 ¿Cómo prevenir la trombosis?

9 Conclusión

 

Trombosis: Definición y correlaciones

¿Qué es una trombosis? En pocas palabras, es un coágulo de sangre (trombo) que puede obstruir parcial o totalmente un vaso sanguíneo. Esto es especialmente frecuente en las venas profundas de las piernas, donde se conoce como trombosis venosa profunda (TVP). Lo peligroso es que el coágulo obstruye el flujo sanguíneo y, en el peor de los casos, puede desprenderse. Si el coágulo se desplaza a los pulmones, puede provocar una embolia pulmonar potencialmente mortal. Sin embargo, no todas las trombosis conducen a una embolia. Si se detecta a tiempo, la trombosis puede curarse, ya que existen buenas opciones de tratamiento para disolver el coágulo o impedir que crezca. Por eso es importante que reconozca los signos de una posible trombosis y reaccione con rapidez. Dentro de un momento hablaremos de los síntomas y los factores de riesgo a los que debe prestar atención. Antes de eso, nos gustaría aclarar por qué se producen estos trastornos y qué zonas del cuerpo corren especial riesgo. Importante: ¡ si tiene alguna molestia o duda, consulte siempre a su médico!

 

¿Cómo se desarrolla una trombosis en la pierna?

Una trombosis se produce cuando se forma un coágulo de sangre en una vena y obstruye el flujo sanguíneo. Esto ocurre con especial frecuencia en las piernas, es decir, como trombosis en el muslo o la parte inferior de la pierna, o como trombosis en la pantorrilla, el pie o el hueco de la rodilla. Pero, ¿por qué se produce? Las causas de la trombosis suelen deberse a tres factores principales: disminución del flujo sanguíneo, deterioro de la pared vascular y aumento de la tendencia de la sangre a coagularse. Estar sentado en un avión durante mucho tiempo, guardar cama después de una operación o elevar la pierna después de una lesión puede dificultar la circulación sanguínea. Las venas profundas de las piernas se ven especialmente afectadas, ya que la sangre tiene que volver al corazón contra la fuerza de la gravedad.

Otro riesgo es el daño de las paredes vasculares, que puede deberse a lesiones, inflamaciones o enfermedades crónicas como las varices. Si la pared interna de la vena está dañada, puede formarse allí más fácilmente un coágulo de sangre. Una mayor tendencia a la coagulación de la sangre, debida por ejemplo a cambios hormonales, ciertos medicamentos o una predisposición genética, también puede favorecer el desarrollo de la enfermedad. En estos casos, puede formarse un coágulo aunque no haya factores externos evidentes, como inmovilidad o lesiones vasculares. En el siguiente apartado podrá averiguar cómo puede desarrollarse la enfermedad fuera de las piernas -en el brazo o la mano, por ejemplo-.

 

¿Puede la trombosis afectar también al brazo y a la mano?

Cuando hablamos de trombosis, la mayoría de la gente piensa inmediatamente en las piernas. Sin embargo, un coágulo de sangre también puede formarse en las venas de los brazos, por ejemplo en forma de trombosis de la parte superior del brazo, el antebrazo o incluso la muñeca. Esta forma de la enfermedad es menos frecuente que la trombosis venosa de las piernas, pero no es en absoluto inocua. Los coágulos sanguíneos en las extremidades superiores suelen estar causados por compresión venosa o lesiones vasculares. Un ejemplo clásico es la trombosis de Paget-Schroetter, también conocida como "trombosis de esfuerzo". Se da sobre todo en personas jóvenes y físicamente activas que someten sus brazos a un esfuerzo intenso, por ejemplo mediante ejercicios de fuerza o movimientos repetidos por encima de la cabeza. Esto provoca un estrechamiento de la vena en la zona del hombro, lo que aumenta el riesgo de coágulo sanguíneo.

Sin embargo, las intervenciones médicas, como la inserción de un catéter venoso central o un acceso venoso para infusiones, también pueden favorecer la trombosis en el antebrazo o la parte superior del brazo. Otros factores de riesgo son los cambios hormonales, los trastornos genéticos de la coagulación o determinados medicamentos. Una trombosis en la muñeca o la mano puede manifestarse por hinchazón, sensibilidad y coloración azulada de la piel. Como este tipo de trombosis no suele reconocerse de inmediato, es importante prestar atención a los síntomas inusuales y acudir al médico en caso de duda.

 

¿Cómo reconocer una trombosis?

Imagine que se despierta por la mañana y siente un tirón desconocido en la pantorrilla. Al principio podría pensar que es sólo un músculo dolorido por el paseo de ayer o por un movimiento incorrecto mientras dormía. Pero a medida que avanza el día, las molestias se intensifican. Sientes la pierna algo pesada y, si te fijas bien, incluso parece un poco hinchada y enrojecida. No es raro, ya que los síntomas suelen aparecer en la vida cotidiana sin que nos demos cuenta. Una ligera sensación de presión aquí, un punto caliente allá... nada de lo que preocuparse inmediatamente. Pero precisamente por eso es tan difícil reconocer la enfermedad.

Los signos típicos son

  • Hinchazón: la pierna parece más gruesa de lo habitual (a menudo en la parte inferior de la pierna, el pie o el muslo).
  • Tirantez: la piel se siente tirante, como si la estuvieran presionando desde dentro.
  • Dolor: puede aparecer un dolor sordo, sobre todo en la pantorrilla o en la parte posterior de la rodilla, que se intensifica al caminar o al estar de pie.
  • Sobrecalentamiento: la zona afectada está más caliente que el resto de la pierna.
  • Decoloración: La pierna puede adquirir un color ligeramente azulado o rojizo.

Importante: a veces los síntomas también se presentan en lugares inesperados, como la ingle. El dolor en la planta del pie o una desagradable sensación de tirón en toda la pierna también pueden ser signos. Precisamente porque las primeras señales parecen tan poco llamativas, a menudo se ignoran, y eso es precisamente lo peligroso. Por ejemplo, usted está cómodamente sentado en el sofá después de un largo día de trabajo y piensa que el dolor en la pierna se debe a unos vaqueros ajustados o a estar mucho tiempo de pie. Tal vez intente darse un masaje o estirar la pierna, pero la sensación desagradable persiste. En este caso hay que tener mucho cuidado y acudir al médico en caso de duda. Además, por supuesto, es útil saber exactamente qué aspecto puede tener la dolencia en las distintas partes del cuerpo para hacer una mejor evaluación.

 

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Trombosis: Aspecto y síntomas

Una trombosis no siempre tiene el mismo aspecto. Los síntomas pueden variar en función de dónde se localice el coágulo. Además, los signos también varían mucho de una persona a otra: Mientras que algunos enfermos sólo notan una ligera sensación de tirantez, otros experimentan una hinchazón o decoloración importantes. Para ayudarle a evaluar mejor si sus síntomas indican la presencia de un coágulo sanguíneo, veamos con más detalle los signos típicos de cada zona del cuerpo.

Síntomas de trombosis en la pierna: La forma más común de la enfermedad afecta a las venas profundas de las piernas. Puede alterarse todo el flujo sanguíneo en la zona afectada, por ejemplo en el muslo o la parte inferior de la pierna o en el hueco de la rodilla. Los posibles signos de trombosis en la pierna son

  • Hinchazón visible que suele producirse en un lado (a menudo en la pantorrilla, el muslo o la parte inferior de la pierna).
  • Una desagradable sensación de tirantez, como si la piel estuviera demasiado tensa.
  • Dolor que parece muscular, pero que persiste incluso en reposo.
  • Coloración rojiza o ligeramente azulada de la piel.
  • La pierna se siente significativamente más caliente en la zona afectada.
  • Precaución: las trombosis en la parte inferior de la pierna, la espinilla o la parte posterior de la rodilla suelen pasar desapercibidas durante mucho tiempo, ya que apenas presentan síntomas al principio. Los primeros síntomas pueden ser una ligera sensación de tensión en la pantorrilla o un dolor sordo.

Síntomas de trombosis en el pie: Un coágulo de sangre en el pie es difícil de reconocer, ya que los síntomas a menudo sólo se manifiestan como una ligera hinchazón o una sensación de presión. Algunos enfermos incluso sólo notan una sensación de hormigueo o un ligero tirón en la planta del pie. Los síntomas típicos son

  • Hinchazón de leve a moderada, a menudo en un solo lado.
  • Sensibilidad a la presión o sensación desagradable de tensión, especialmente tras permanecer mucho tiempo sentado o de pie.
  • Decoloración azulada o rojiza de la piel, que indica un trastorno circulatorio.
  • Un dolor tirante o sordo que se nota especialmente en la zona de los dedos o en la planta del pie.
  • En algunos casos, una sensación de hormigueo o entumecimiento que puede confundirse con una irritación nerviosa.

Síntomas de trombosis en la ingle: Un coágulo de sangre en la ingle puede ser particularmente desagradable, ya que causa dolor que puede irradiarse a la parte inferior del abdomen o a la pierna. Los síntomas más importantes de la trombosis inguinal son los siguientes:

  • Dolor sordo y profundo en la región inguinal que se intensifica al caminar o subir escaleras.
  • Hinchazón en el muslo que puede extenderse a la parte inferior del abdomen.
  • Una sensación de tirón que a menudo se confunde con tensión muscular.

Síntomas de trombosis en el brazo: Aunque la mayoría de la gente piensa primero en las piernas, la trombosis también puede producirse en las extremidades superiores. Es menos frecuente en el brazo, pero también puede ser peligrosa. Debe estar atento a estos síntomas de trombosis en el brazo:

  • Hinchazón visible en la mano, el antebrazo o la parte superior del brazo, posiblemente acompañada de decoloración.
  • Sensibilidad a la presión, especialmente al mover el brazo.
  • Una sensación sorda de tensión o dolor leve.

Especialmente después de operaciones o procedimientos médicos como la inserción de una vía venosa, debe estar alerta si experimenta tales síntomas. Independientemente de que los síntomas se presenten en la pierna, el pie, la ingle o el brazo, es importante reaccionar con rapidez si sospecha que algo va mal. No debe dudar en consultar a un médico, sobre todo si nota hinchazón, sensación de tirantez o cambios en la piel. En el apartado siguiente puede averiguar qué hacer una vez diagnosticado el coágulo sanguíneo.

Acupresión para las piernas

 

¿Qué hacer en caso de trombosis?

Ahora que conocemos tanto las causas como los síntomas y queremos pasar al tratamiento, surgen varias preguntas a la vez: ¿Cuándo es peligrosa una trombosis? ¿Se recomienda hacer ejercicio o reposo en caso de trombosis? ¿Y qué medidas deben tomarse en cualquier caso? Estaremos encantados de explicarle las respuestas de forma clara y detallada.

Medidas inmediatas: Un coágulo de sangre es siempre una urgencia médica, aunque no sea necesariamente peligroso. En cuanto aparezcan signos como hinchazón en un lado, sensación de tirantez o decoloración de la piel, debe consultarse inmediatamente a un médico. Es especialmente arriesgado si además se experimenta dificultad para respirar, dolor torácico o mareos. Es posible que ya se haya formado un coágulo de sangre y que una embolia pulmonar sea inminente. En este caso, no dude en llamar a una ambulancia (112).

¿Ejercicio o reposo? Uno de los grandes mitos sobre la enfermedad es que los enfermos deben guardar reposo absoluto. En realidad, es todo lo contrario: ¡la movilización precoz suele ser crucial! Por eso los médicos suelen recomendar que se retome la actividad prudente lo antes posible una vez iniciado el tratamiento de la trombosis de piernas. Caminar despacio es mejor que estar sentado o tumbado durante horas, ya que el movimiento favorece el retorno de la sangre al corazón. Sin embargo, un esfuerzo excesivo puede ser contraproducente. La actividad deportiva intensa sólo debe emprenderse después de consultar a un médico. Las medias de compresión o los vendajes ayudan a estimular la circulación sanguínea y reducen el riesgo de recurrencia.

Tratamiento farmacológico: En la mayoría de los casos, el tratamiento se lleva a cabo con medicamentos anticoagulantes. Impiden que el coágulo crezca o forme nuevos coágulos. En casos graves, también puede ser necesaria la trombólisis (disolución del coágulo con medicamentos).

 

Trombosis: ¿qué no debe hacer?

Si sospechas que padeces la enfermedad, debes acudir al médico y evitar las siguientes cosas hasta entonces:

  • No se automedique con anticoagulantes. Sólo un médico puede determinar la dosis correcta y la medicación adecuada. La aspirina no ayuda en este caso.
  • No masajee intensamente la zona afectada, ya que podría aflojar el coágulo sanguíneo y transportarlo a los pulmones.
  • No hacer ejercicio ni deporte en exceso. Si se sospecha una trombosis, se aconseja reposo en cama o al menos elevar la pierna hasta que un médico haya evaluado la situación.
  • No permanezca mucho tiempo sentado o de pie sin moverse. Si te ves obligado a permanecer sentado, por ejemplo en una sala de espera o mientras conduces, debes mover los pies con regularidad para estimular la circulación sanguínea.
  • Nada de calor, por ejemplo de una sauna, un baño caliente o una bolsa de agua caliente, ya que este calor puede dilatar los vasos sanguíneos y empeorar la situación.
Acupresión precisa para las piernas

 

¿Cómo prevenir la trombosis?

Prevenir la trombosis suele ser más fácil que tratarla. Y lo mejor es que puede reducir considerablemente los factores de riesgo de trombosis introduciendo algunos pequeños cambios en su vida cotidiana. He aquí un resumen de las medidas más importantes para usted:

El ejercicio es lo más importante

Estar sentado o de pie durante mucho tiempo puede ralentizar la circulación sanguínea, precisamente lo que favorece la enfermedad. Por lo tanto: ¡movimiento, movimiento, movimiento! En la oficina o cuando trabajes desde casa, deberías levantarte cada 30-60 minutos. Camina unos pasos o haz algunos estiramientos sencillos con los pies para reactivar la circulación. Las pausas regulares también son importantes en los viajes largos en coche o en avión. Estira las piernas, haz círculos con los pies y tensa los gemelos. También hay algunos deportes que previenen la enfermedad, por ejemplo la natación (suave y aliviadora), el ciclismo (favorece el flujo sanguíneo en las piernas), caminar o hacer senderismo (perfecto para las venas). Sin embargo, hay que tener cuidado con los ejercicios de musculación muy intensos con fuertes presiones. Esto puede sobrecargar las venas. Nuestro consejo diario: Suba por las escaleras en lugar de coger el ascensor. Le harás un favor a tus venas.

Una dieta adecuada ayuda

Los coágulos se forman más fácilmente cuando la sangre es más espesa. Por lo tanto, asegúrate de seguir una dieta equilibrada con mucho líquido. Lo mejor es beber entre 1,5 y 2 litros de agua o té sin azúcar al día. Los ácidos grasos omega-3 (por ejemplo, en el pescado, las semillas de lino o las nueces) también mantienen elásticos los vasos sanguíneos. Nuestro consejo diario: añada jengibre y ajo a sus comidas más a menudo, ya que tienen un ligero efecto anticoagulante. Esto los convierte en la ayuda natural perfecta para mejorar la circulación sanguínea.

Cómo puede promover activamente su circulación

Puedes estimular la circulación con trucos muy sencillos, fáciles de hacer y que no requieren mucho tiempo. Por ejemplo, si pasas mucho tiempo sentado, un taburete o un cojín pueden ayudarte a elevar los pies. Los masajes suaves en las piernas con movimientos circulares también favorecen la circulación sanguínea. Además, las duchas alternas (fría/caliente) por la mañana o por la noche entrenan las venas y estimulan la circulación sanguínea. La acupresión también es una auténtica receta secreta para relajar las piernas. Los finos puntos estimulan las zonas reflejas y estimulan la circulación sanguínea. Recomendamos este ritual para sentirse bien después de un largo día. Sólo 10-15 minutos en la esterilla de acupresión te relajará profundamente. Si está de viaje, puede utilizar una bola de acupresión especial para brazos, piernas y plantas de los pies. Nuestro consejo profesional: envolturas especiales de acupresión envolturas de acupresión para las piernas estimulan la circulación sanguínea con especial precisión.

Las medias antitrombosis como ayuda eficaz

Las medias de compresión, a menudo también llamadas medias para trombosis, son una parte importante de la prevención y el tratamiento de la trombosis. Ejercen presión sobre las venas desde el exterior, mejorando el flujo sanguíneo y evitando que la sangre se "estanque" en las piernas. Pero, ¿cómo funciona exactamente? La presión que ejercen las medias sobre la pierna es mayor en el tobillo y disminuye hacia arriba. De este modo, la sangre se bombea eficazmente hacia el corazón. Esto no sólo evita la hinchazón y la pesadez de piernas, sino que también reduce el riesgo. Tras recuperarse de una enfermedad, también ayudan a prevenir daños secundarios como el síndrome postrombótico. En caso necesario, utilícelas en viajes largos (en avión, coche, tren), durante la fase de encamamiento prolongado tras una operación, si le han diagnosticado insuficiencia venosa o varices y, si se lo recomienda un médico, también en la vida cotidiana. Nuestro consejo profesional: ahora existen versiones modernas que no sólo son eficaces desde el punto de vista médico, sino también visualmente atractivas; por ejemplo, los leggings antitrombosis. Son especialmente adecuadas para actividades deportivas o la oficina.

La inyección para trombosis se utiliza en situaciones especiales

La inyección antitrombótica (término médico: inyección de heparina) se utiliza para mantener la sangre más fluida y evitar así la formación de coágulos. Se administra principalmente después de operaciones o durante largas estancias en el hospital cuando se requiere reposo en cama. También se utiliza en vuelos de larga distancia para pacientes de riesgo. Pero también durante embarazosi existe un mayor riesgo de trombosis. Es bueno saberlo: Muchos pacientes tienen que ponerse ellos mismos la inyección. Es más fácil de lo que parece, así que no hay que tener miedo a la autoinyección. En primer lugar, se desinfecta la piel, normalmente en el abdomen o el muslo. A continuación, coloca la jeringa en un ángulo de 45 a 90 grados, introduce lentamente el émbolo y retira rápidamente la aguja. Importante: No masajee el lugar de la inyección, de lo contrario pueden producirse hematomas.

 

Nuestra conclusión: ¡dedique tiempo suficiente a la prevención!

Cuanto más activo y consciente sea en su vida cotidiana, mejor podrá prevenir la trombosis. Incluso las pequeñas rutinas -ya sea más ejercicio, una dieta específica, un ritual relajante de acupresión o el uso de medias de compresión- pueden hacer mucho por tu salud venosa. Pruebe a realizar sesiones deportivas moderadas, como natación, senderismo y ciclismo, una vez a la semana. Lo decisivo aquí no es tanto la duración y la intensidad, sino la regularidad. Después del entrenamiento, puedes mimarte con acupresión. La presión sobre puntos específicos estimula la circulación sanguínea, alivia la tensión y mejora el bienestar general. Especialmente importante: ¡escucha las señales de tu cuerpo! Las piernas pesadas, la hinchazón persistente o un dolor inusual deben alertarte siempre. En caso de duda, es mejor ir al médico una vez de más que una vez de menos.