- ¿Qué es la lumboisquialgia?
- Síntomas de lumboisquialgia dolorosa
- ¿Cuáles son las causas de la lumboisquialgia?
- ¿Qué se puede hacer para la lumboisquialgia?
- Breve digresión: ¿Cómo dormir con lumboisquialgia?
- Tratamiento de la lumboisquialgia con métodos conservadores
- 5 ejercicios sencillos para aflojar y fortalecer la lumboesquialgia
- La duración de la lumboisquialgia puede variar ciertamente
Lumboischialgia - un término técnico complicado ... ¿y qué hay detrás? Nos gustaría mostrárselo en detalle. ¿Reconoce la sensación de dolor punzante que le recorre desde la parte baja de la espalda hasta la pierna? ¿O ya ha experimentado entumecimiento o debilidad muscular en la espalda y las piernas? Si es así, ha llegado al lugar adecuado. La lumboisquialgia puede tener diversas causas y puede repercutir considerablemente en la vida diaria. Pero no se preocupe: vamos a examinar detalladamente los síntomas, las causas, el diagnóstico y las opciones de tratamiento de esta afección. Juntos comprenderemos mejor la enfermedad y, sobre todo, encontraremos formas de aliviar los síntomas. Empecemos ahora mismo.
¿Qué es la lumboisquialgia?
En primer lugar, por supuesto, nos gustaría aclarar en qué consiste exactamente esta afección. Se compone de dos tipos de dolor: dolor en la parte baja de la espalda o columna lumbar (lumbalgia) y dolor ciático que se irradia desde el nervio ciático a las piernas (ciática). Si estos dos tipos de dolor se producen simultáneamente, se habla de lumboisquialgia. Y ya habrá adivinado que puede ser muy doloroso. Dentro de un momento veremos los síntomas exactos. Pero antes queremos explicar brevemente la diferencia entre lumboisquialgia aguda y crónica con más detalle.
La lumboisquialgia aguda se produce de repente y suele durar menos de seis semanas. Puede deberse, por ejemplo, al levantamiento repentino de objetos pesados o a un esfuerzo físico inusual. El dolor suele ser intenso y puede ser muy molesto para la vida diaria, pero suele remitir en pocas semanas a medida que desaparece el desencadenante del dolor. La lumboisquialgia crónica, en cambio, dura más de tres meses y puede estar causada por diversos factores, como lesiones recurrentes, enfermedades degenerativas de la columna o sobrecarga prolongada. Un factor de riesgo clásico son las ocupaciones que implican habitualmente un trabajo físicamente exigente, que pueden hacer que con el tiempo se desarrolle un dolor persistente de espalda y piernas.
Otro aspecto importante: hoy en día, pasamos una media de casi diez horas al día sentados. Esta postura unilateral y la falta de movimiento que suele acompañarla provocan un acortamiento de los flexores de la cadera, una inclinación de la pelvis hacia delante y una sobrecarga de los músculos lumbares. El resultado es la tensión, que a su vez también puede desencadenar una lumboisquialgia. El dolor puede aparecer periódicamente o ser continuo y suele limitar de forma permanente la calidad de vida de los afectados. Los siguientes síntomas deberían alertarle:
Síntomas de lumboisquialgia dolorosa
Si experimenta los siguientes síntomas, es posible que padezca lumboisquialgia, aunque no necesariamente. Todos los síntomas mencionados también pueden indicar otras enfermedades. Sólo una pequeña pista. No obstante, nuestro tema es la lumboisquialgia y, por lo tanto, queremos informarle detalladamente sobre los posibles síntomas de la lumboisquialgia. En primer lugar, una nota general: los signos de la lumboisquialgia son diversos, pueden variar de una persona a otra y pueden diferir en su intensidad y duración. Por lo tanto, es importante consultar a un médico si los síntomas persisten o son graves para obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuados. He aquí algunos datos para una evaluación inicial:
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Dolor de espalda: suele comenzar con un dolor en la zona lumbar que empeora con el tiempo. Este dolor puede sentirse como sordo, punzante o quemante y puede producirse a lo largo de la columna vertebral o en un lado de la espalda.
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Dolor en las nalgas y a lo largo del nervio ciático: El dolor puede extenderse a lo largo del nervio ciático, que va desde la parte baja de la espalda hasta las piernas, pasando por las nalgas. Esto puede provocar un dolor punzante o quemante a lo largo del muslo, la pantorrilla o hasta el pie.
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Entumecimiento y hormigueo: Las personas afectadas pueden experimentar entumecimiento u hormigueo en una o ambas piernas, a menudo a lo largo del recorrido del nervio ciático. Esto puede dar lugar a una sensación de "hormigueo" o de disminución de la sensibilidad.
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Debilidad muscular: También es posible que se produzca debilidad muscular en las piernas, sobre todo en los músculos irrigados por el nervio ciático. Esto puede provocar dificultades para caminar, estar de pie o subir escaleras.
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Movimiento restringido: Los afectados pueden ver restringido el movimiento de la espalda o las piernas, sobre todo al agacharse, girar o levantar objetos pesados.
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Empeoramiento de los síntomas: Los síntomas pueden empeorar con determinadas actividades o posiciones, como estar sentado, de pie o tumbado durante largos periodos de tiempo, levantar objetos pesados y toser, estornudar o hacer esfuerzos.
Es bueno saberlo: La prueba de Lasègue puede proporcionar una indicación inicial.
El signo de Lasègue desempeña un papel importante en el diagnóstico médico de la lumboisquialgia: usted se tumba boca arriba para la exploración y el médico levanta lentamente la pierna extendida. Si se produce dolor en la pierna, las nalgas o la espalda a partir de un ángulo de 45 grados, esto indica irritación del nervio ciático. Si a continuación se estira la punta del pie hacia la espinilla, el dolor suele aumentar. Esta prueba adicional se conoce como signo de Bragard.
¿Cuáles son las causas de la lumboisquialgia?
Un examen exhaustivo por parte de un médico o fisioterapeuta puede ayudar a identificar la causa exacta de la lumboisquialgia e iniciar medidas de tratamiento específicas, como fisioterapia, estiramientos musculares o ejercicios de fortalecimiento. Más adelante profundizaremos en este tema. Por ahora, sin embargo, nos gustaría ofrecerle un breve resumen de los posibles factores desencadenantes para que pueda evaluar mejor su situación:
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Hernia discal: Una hernia discal se produce cuando el núcleo blando de un disco sobresale entre las vértebras y ejerce presión sobre las raíces nerviosas circundantes. Esto puede provocar dolor en la zona lumbar que se irradia a la pierna.
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Cambios degenerativos: Las enfermedades degenerativas como la espondilosis o la degeneración discal pueden provocar un estrechamiento del canal espinal o espondilolistesis, que a su vez puede causar compresión nerviosa y dolor.
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Problemas musculares: La tensión o los calambres en los músculos de la espalda pueden ejercer presión sobre las raíces nerviosas y causar dolor. Esto puede deberse a un esfuerzo excesivo, una postura incorrecta o la falta de ejercicio. Los clásicos en este caso son, sin duda, estar sentado (demasiado) tiempo sin suficiente compensación de movimientos, así como levantar objetos (demasiado) pesados y de forma incorrecta.
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Mala postura y desequilibrios musculares: Un esfuerzo desigual de los músculos de la espalda debido a una mala postura o a desequilibrios musculares puede provocar una sobrecarga de determinados músculos y, por tanto, causar dolor. Este tipo de debilidad o disfunción es especialmente frecuente en los músculos estabilizadores del tronco, por ejemplo los abdominales o los extensores de la espalda. Una vez más, esto suele deberse a estar sentado demasiado tiempo o encorvado y a la falta de ejercicio.
¿Qué se puede hacer para la lumboisquialgia?
Las siguientes medidas de primeros auxilios pueden aliviar el dolor agudo. Lo primero que hay que hacer es descansar. Evite las actividades que puedan agravar el dolor y túmbese para aliviar la presión sobre la espalda. Una compresa fría o una bolsa de hielo en la zona dolorida también puede reducir la inflamación y, por tanto, el dolor. Envuelve el hielo en un paño para evitar el contacto directo con la piel y déjalo sobre la zona afectada unos 15-20 minutos. Si el dolor es muy intenso, los analgésicos de venta libre también pueden ayudar a aliviar las molestias. No obstante, lea el prospecto antes de tomarlos y respete la posología recomendada.
En el segundo paso, los movimientos ligeros o los ejercicios de estiramiento suaves pueden aflojar los músculos y favorecer la circulación sanguínea. Sin embargo, es importante evitar esfuerzos excesivos o movimientos que puedan agravar el dolor. Al sentarse o tumbarse, puede utilizar ayudas ergonómicas como cojines o sillas ortopédicas para mantener una postura saludable y aliviar la tensión de la espalda. Si tus músculos están muy duros, es decir, extremadamente tensos, las compresas calientes o un baño caliente pueden ayudar a relajarlos y aliviar el dolor. Precaución: si hay inflamación, sin embargo, debes evitar el calor. En general, también es importante tener en cuenta que estas medidas de primeros auxilios sólo proporcionan un alivio temporal y no son una solución a largo plazo. Por lo tanto, si los síntomas persisten o son graves, es aconsejable consultar a un médico. Él podrá hacer un diagnóstico preciso y prescribir el tratamiento adecuado.
Breve digresión: ¿Cómo dormir con lumboisquialgia?
Ya hemos mencionado brevemente que dormir con lumboisquialgia puede ser un verdadero reto en determinadas circunstancias. Por eso tenemos algunos consejos para ti: intenta dormir en una posición que alivie la presión sobre la espalda y reduzca la presión sobre el nervio ciático. Por ejemplo, si te tumbas de lado y colocas una almohada entre las rodillas, tu columna estará óptimamente alineada. También puedes dormir boca arriba y colocar una almohada pequeña debajo de las rodillas para aliviar la presión en la zona lumbar. Un colchón de firmeza media también puede ayudar a sostener la espalda y favorecer una postura saludable al dormir. En cambio, un colchón demasiado blando puede no proporcionar suficiente apoyo a la espalda y empeorar el dolor. Por lo tanto, elija un colchón que ofrezca suficiente firmeza para sujetar la columna vertebral, pero que también sea lo bastante cómodo.
Una almohada ortopédica bastante fina bajo la cabeza también puede ayudar a mantener la columna vertebral en una posición neutra y reducir así la presión sobre el nervio ciático. Hasta aquí el "hardware". También puedes preparar tu cuerpo para un sueño reparador con poco esfuerzo. Antes de acostarte, puedes aplicar técnicas de relajación como estiramientos suaves, ejercicios de respiración o meditación pueden relajar los músculos y reducir el estrés, lo que puede mejorar la calidad del sueño. Una ducha o un baño caliente antes de acostarse también pueden ayudarle a relajar los músculos. Y no lo olvides: El ejercicio regular y el entrenamiento suave fortalecen los músculos y los hacen aptos para la vida diaria. Nuestro consejo: lo mejor es probar todas las sugerencias anteriores y diferentes posturas para dormir. Sólo así sabrás realmente qué es lo que mejor te funciona y te proporciona un sueño reparador.
Tratamiento de la lumboisquialgia con métodos conservadores
La terapia del dolor lumboisquiálgico comprende diversos enfoques terapéuticos destinados a aliviar el dolor en la zona de la columna lumbar y el nervio ciático. Estas medidas conservadoras deben llevarse a cabo bajo supervisión médica y pueden adaptarse en función de las necesidades y síntomas individuales del paciente. En algunos casos, puede ser necesaria una combinación de varios métodos de tratamiento para lograr resultados óptimos. Importante: La cirugía sólo es una opción una vez agotados todos estos métodos conservadores, por lo que no queremos entrar en detalles aquí. Veamos más detenidamente los métodos de tratamiento conservadores:
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Analgésicos: Tomar analgésicos puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor. Pueden ser medicamentos de venta libre, pero deben tomarse durante un periodo de tiempo más largo y, por tanto, bajo supervisión médica.
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Terapia manual: Los masajes y las terapias manuales también alivian la tensión muscular, mejoran la circulación y aumentan la flexibilidad de la columna vertebral. Un terapeuta cualificado puede utilizar técnicas específicas para aliviar los síntomas y favorecer la recuperación. Con una colchoneta de acupresión, usted mismo puede masajearse la espalda. Basta con colocarla sobre los numerosos picos y empieza la relajación. Nuestro consejo principiantes son adecuadas las esterillas con muchos pinchos, Los usuarios avanzados pueden relajarse con menos puntas.
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Fisioterapia: Los ejercicios específicos ayudan a fortalecer los músculos, mejorar la flexibilidad y favorecer la movilidad de la columna vertebral. Un fisioterapeuta puede elaborar programas de ejercicios individuales adaptados a las necesidades y los síntomas del paciente. Nuestro consejo: en el siguiente apartado le proponemos algunos ejercicios adecuados.
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Calor o frío: Aplicar calor o compresas frías en la zona afectada puede aliviar la tensión muscular o reducir la inflamación. Las duchas calientes, las compresas calientes o las bolsas de hielo son especialmente adecuadas para ello.
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Acupuntura o acupresión: El método de tratamiento tradicional chino de la acupuntura puede ayudar a aliviar el dolor en algunos pacientes mejorando la circulación, aliviando la tensión y estimulando al cuerpo para que libere endorfinas. A los que no les gusten tanto las agujas pueden probar la acupresión, por ejemplo con la ayuda de una esterilla de acupresión. Los numerosos puntos también estimulan la circulación sanguínea y relajan los músculos.
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Ajustes ergonómicos: Aunque este punto no entra directamente dentro del "tratamiento conservador", puede ayudar a aliviar el dolor, y por eso no queremos ocultártelo. En diseño ergonómico del puesto de trabajo y el uso de ayudas (por ejemplo, cojines o sillas ortopédicas) también pueden favorecer una postura saludable y reducir la tensión de la columna vertebral.
5 ejercicios sencillos para aflojar y fortalecer la lumboesquialgia
Ya hemos aprendido que en muchos casos la enfermedad se desencadena por problemas musculares. Aquí es donde podemos empezar muy bien. Los ejercicios específicos para aflojar y fortalecer los músculos suelen ayudarnos a aliviar los síntomas y favorecer una recuperación rápida y, sobre todo, duradera. He aquí algunos ejemplos que puede integrar fácilmente en su vida cotidiana. Nuestro consejo: Haga los ejercicios con regularidad para notar una mejoría rápidamente y que dure de forma efectiva. Asegúrate de hacerlos despacio y de forma controlada y escucha atentamente a tu cuerpo. En cuanto sientas dolor, debes interrumpir el ejercicio y consultar a un médico o fisioterapeuta.
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Tira de las rodillas hacia el pechoTúmbate boca arriba y tira alternativamente de una o ambas rodillas hacia el pecho. Mantenga la posición durante unos 20-30 segundos y luego cambie de lado. Este ejercicio estira los músculos de la zona lumbar y los glúteos.
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Estiramiento gato-camelloColóquese a cuatro patas y alterne entre una posición de espalda hundida (gato) y una posición de espalda arqueada (camello). Muévase despacio y de forma controlada y repita el movimiento varias veces. Esto afloja la columna vertebral y fortalece los músculos abdominales y de la espalda.
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Elevación pélvicaTúmbese boca arriba, doble las rodillas y apoye los pies en el suelo. Ahora levante lentamente la pelvis hasta que su cuerpo forme una línea recta. Mantenga esta posición brevemente y vuelva a bajar la pelvis con la misma lentitud. Este ejercicio fortalece los glúteos y la zona lumbar.
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Elevación lateral de piernasTúmbese de lado y apoye la cabeza en la parte inferior del brazo. Ahora levante lentamente la pierna superior hacia arriba y bájela de nuevo de forma controlada. Repítalo varias veces a cada lado para fortalecer los músculos laterales de la cadera.
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Apoyo en los antebrazosTúmbate boca abajo y levanta el cuerpo del suelo apoyándote en los antebrazos. Mantenga esta posición durante 20-30 segundos, luego vuelva lentamente al suelo y repita el movimiento varias veces. Este ejercicio fortalece los músculos centrales y mejora la estabilidad de la columna vertebral.
Consejo extra: Después de los ejercicios, puedes hacer otra ronda en la esterilla de acupresión. esterilla de acupresión para relajar aún más los músculos. Disfrute del acogedor calor creado por la acupresión con numerosas puntas en la espalda y sienta la profunda relajación de los músculos.
La duración de la lumboisquialgia puede variar ciertamente
Por último, abordemos la pregunta importante: ¿cuándo debería empezar a mejorar el dolor? Por desgracia, no existe una respuesta general a esta pregunta, por lo que debemos extendernos un poco. La duración de la lumboisquialgia puede variar de una persona a otra y depende de varios factores, como la causa, la gravedad de los síntomas y el tipo de tratamiento. En algunos casos, la lumboisquialgia aguda puede curarse en pocas semanas o meses, sobre todo si se trata de forma conservadora y no hay problemas estructurales graves.
Sin embargo, la lumboisquialgia también puede hacerse crónica y requerir un tratamiento a más largo plazo, sobre todo si está causada por cambios degenerativos en la columna vertebral u otras afecciones crónicas. En tales casos, la recuperación puede llevar meses o incluso años y, obviamente, requiere un tratamiento médico a largo plazo, que incluye fisioterapia, tratamiento del dolor y, posiblemente, inyecciones o cirugía. Como puede ver, es importante recibir el tratamiento adecuado y seguir las recomendaciones de su médico o fisioterapeuta para facilitar su vuelta a un estilo de vida activo. Así que si no nota ninguna mejoría tras un breve periodo de tiempo con medidas autoaplicadas como reposo, masajes, ejercicios o ayudas ortopédicas, entonces debería consultar a un médico. En cualquier caso, le deseamos una recuperación rápida y duradera.